Este 16 de septiembre se conmemora en todo el país el Día del Almacenero, una fecha que rinde homenaje a quienes, desde sus mostradores, han sido pilares de la vida cotidiana en los barrios argentinos. Aunque en sus inicios se celebraba el tercer jueves de septiembre, el Centro de Almaceneros decidió establecer esta jornada de manera fija, reconociendo la importancia de visibilizar el rol social y económico de estos trabajadores.
A diferencia de otras efemérides, el Día del Almacenero no tiene un origen histórico puntual. Sin embargo, su propósito es claro: revalorizar la figura del almacenero, ese comerciante que no solo abastece, sino que escucha, aconseja y acompaña a sus vecinos en el día a día.
Más que un simple comercio, el almacén representa un espacio de encuentro barrial, donde se entrelazan historias, afectos y soluciones cotidianas. En muchos casos, estos negocios fueron fundados por inmigrantes españoles e italianos, quienes encontraron en el oficio una forma de integrarse y aportar a la comunidad.
En tiempos donde los supermercados y grandes cadenas ganan terreno, los almacenes resisten con una propuesta única: atención personalizada, cercanía y confianza. Este día es un reconocimiento a quienes trabajan incansablemente, muchas veces sin descanso, para sostener ese vínculo humano que trasciende lo comercial.
Desde Adolfo Gonzales Chaves hasta cada rincón del país, hoy se celebra a los almaceneros como verdaderos protagonistas de la vida barrial. Porque detrás de cada mostrador hay una historia, y detrás de cada historia, un vecino que nunca dejó de estar cerca.