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viernes 05 de diciembre del 2025

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Importante Reconocimiento

Desde Gonzales Chaves a San Lorenzo: el camino de Bautista Hernández, pasión, esfuerzo, constancia y el orgullo de representar a un grande

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Desde sus pasos iniciales en Deportivo Independencia de Adolfo Gonzales Chaves, Bautista Hernández dialogó con El Nuevo Heraldo sobre su camino a San Lorenzo de Almagro, marcado por esfuerzo, superación y sueños que siguen creciendo.

Tras ser reconocido días pasados como jugador destacado de la Cuarta División de San Lorenzo, Bautista Hernández comparte con humildad y emoción el recorrido que lo llevó desde su pueblo natal, Adolfo Gonzales Chaves, hasta uno de los clubes más grandes del país. Su historia refleja el esfuerzo silencioso de tantos jóvenes que sueñan con llegar, marcada por pruebas decisivas, una dura lesión superada con responsabilidad y constancia, y el acompañamiento de quienes siempre estuvieron cerca:

              A modo de reseña, ¿Contanos un poco como fue tu llegada a San Lorenzo y qué significó ese paso en tu carrera? En este sentido, ¿Qué recordás de tus primeros entrenamientos en el club?

                            Mi llegada al Club San Lorenzo se dio gracias a una prueba realizada en la localidad de De la Garma, donde el captador Marcelo Manzo me vio jugar y, afortunadamente, le gustó mucho mi rendimiento. Al día siguiente me convocó a otra prueba en Tres Arroyos, y desde ese momento quedó establecido el contacto. A través de él, tuve la oportunidad de viajar a Buenos Aires a mediados de 2022 para realizar una semana de prueba. Finalizado ese período, regresé a mi casa en Gonzales Chaves, donde continué entrenando y jugando en mi club, Deportivo Independencia, hasta fin de año. En noviembre, recibí nuevamente el llamado de Marcelo Manzo para una segunda semana de prueba, en la que, gracias a Dios, me fue muy bien. Eso me abrió la puerta para hacer la pretemporada en 2023 y finalmente quedarme en el Club, lo que significó un gran paso en mi carrera y el cumplimiento de un sueño que tenía desde chico: jugar en un club de AFA, y más aún en uno tan grande como San Lorenzo. En lo personal, estoy muy contento; siempre recuerdo que los primeros días de la pretemporada en Buenos Aires fueron muy exigentes, pero con el tiempo y el apoyo de mis compañeros logré adaptarme rápidamente. La verdad es que la actitud de mis compañeros fue fundamental para que pudiera integrarme de la mejor manera. Desde el primer momento me recibieron con respeto y buena onda, lo que me hizo sentir parte del grupo rápidamente.

              En lo personal, ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste desde que te sumaste al equipo, y como manejás la presión de representar y formar parte de un club grande como San Lorenzo?

              Más allá del desafío que implicó llegar al Club, uno de los momentos más duros que me tocó atravesar fue la lesión de ligamentos cruzados que sufrí el año pasado. Fueron 13 meses sin poder jugar un partido oficial, y aunque la recuperación física es exigente, lo más difícil fue lo emocional. Hubo días en los que pensaba que no quería jugar más, que el camino era demasiado largo y la ansiedad me jugaba en contra. Se te cruzan mil cosas por la cabeza: frustración, angustia, miedo. Pero gracias al apoyo incondicional de mi familia, de la gente del Club y de mis amigos, pude seguir adelante. Esta es una lesión que te exige estar fuerte mentalmente, porque si no, es muy difícil transitarla. Por suerte, hoy eso quedó atrás, volví a jugar y me está yendo bien, así que después de tanto esperar, siento una felicidad enorme. En cuanto a la presión de jugar en San Lorenzo, la verdad es que no lo vivo como una carga, sino como un privilegio. Para mí es un orgullo formar parte de un Club tan grande y reconocido internacionalmente. Cada vez que me pongo esta camiseta, siento algo muy especial, y lo disfruto día a día.

              En cuanto al vínculo con el equipo, ¿Cómo es tu relación con los compañeros de división y el cuerpo técnico? Siguiendo la línea de la pregunta, ¿Qué valores te transmite el club en lo cotidiano?

              La relación con el grupo es realmente muy buena. Compartimos tantas horas juntos que algunos de mis compañeros ya los considero como hermanos. Vivimos muchas cosas: entrenamientos intensos, viajes, anécdotas que quedan para siempre, y eso genera un vínculo muy fuerte. También tengo una excelente relación con el cuerpo técnico, que siempre estuvo presente cuando los necesité, escuchándome, apoyándome y acompañándome en cada etapa. En cuanto a los valores que transmite el Club, no solo te forma como deportista, sino también como persona. Te enseña a ser respetuoso, humilde, solidario, y a valorar el esfuerzo. En lo personal, tuve la oportunidad de cursar dos años de colegio acá, y el Club se encargó de que pudiera recibir una buena educación, lo cual agradezco profundamente. Están constantemente pendientes de nosotros, y eso habla del compromiso que tienen con nuestra formación.

              En función a lo que venimos hablando, ¿Qué ha significado para vos, tanto desde lo personal como de lo deportivo, el reconocimiento que te hizo recientemente el Club como Jugador destacado de la cuarta?

              La verdad que fue un sentimiento hermoso volver y ser recibido de esa manera, con tanto cariño y reconocimiento. Que me destaquen como jugador del partido fue una alegría inmensa, un momento que me llenó el alma. Se me pasaron muchas cosas lindas por la cabeza, especialmente después de los meses difíciles que me tocó atravesar, como te contaba antes. Siento que fue un premio al esfuerzo, a la dedicación, a cada día en el que le puse todo para salir adelante. Estoy muy contento y profundamente agradecido.

              En cuanto a proyectos y sueños, ¿Qué metas personales te gustaría alcanzar en San Lorenzo? En este sentido, ¿Cómo imaginás tu carrera en los próximos años?

              En cuanto a proyectos y sueños, tengo uno que me acompaña desde que empecé a jugar: llegar a la Primera de San Lorenzo y salir campeón de la Copa Libertadores. Es una meta que me llena de ilusión, pero también sé que requiere mucho trabajo, constancia y paciencia. Todo lleva su tiempo, y por eso trato de enfocarme en el día a día, en seguir creciendo paso a paso. Mi próximo objetivo es poder hacer una buena pretemporada con la Reserva y empezar a consolidarme ahí. Sé que no es fácil, pero estoy dispuesto a dar todo para lograrlo. Como te decía, esto se construye con esfuerzo diario, y estoy convencido de que el sueño de cada pibe que forma parte del Club es vestir la camiseta de la Primera.

              No obstante, la verdad es que me resulta difícil imaginar con precisión cómo será mi carrera en los próximos años. Como te decía antes, prefiero enfocarme en el presente, en trabajar día a día, dar lo mejor de mí y disfrutar al máximo cada paso que se vaya dando.

              Hablando un poco de tus raíces y comunidad, ¿Qué mensaje le darías a los chicos de tu ciudad que sueñan con jugar profesionalmente?

              El mensaje que quiero darles a los chicos es que nunca dejen de luchar por sus sueños. Si realmente lo desean, tienen que comprometerse de verdad, porque el camino no es fácil: está lleno de sacrificios, momentos duros y desafíos constantes. Pero si uno lo quiere de corazón y pelea por eso con humildad, esfuerzo y mucho trabajo, las cosas llegan. Solo hay que tener paciencia, confiar en el proceso y, sobre todo, estar preparados para cuando aparezca esa oportunidad que puede cambiarlo todo. Y cuando llegue, aprovecharla al máximo.

              Para concluir, ¿Algún mensaje que desees agregar?

              Antes que nada, quiero agradecerles a ustedes por la entrevista y por darme este espacio. Aprovecho para enviar un saludo a toda la gente de mi pueblo, Gonzales Chaves, y especialmente agradecer al Club Deportivo Independencia, que siempre me brindó su apoyo, su cariño y su confianza desde el primer momento. También quiero dedicar unas palabras muy especiales a mi familia y a mis amigos, que estuvieron firmes a mi lado en cada decisión, en cada paso que di, y que me ayudaron muchísimo en los momentos más importantes. La verdad es que me siento profundamente agradecido con todos ellos.

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