En el Día del Bancario, El Nuevo Heraldo dialogó con Federico Moreira, quien se desempeña profesionalmente en el Área Comercial del Banco Nación de Adolfo Gonzales Chaves. En sus palabras, el orgullo por la tarea diaria se entrelaza con el vínculo humano que se construye con cada persona que se acerca a la entidad. Federico destaca el respeto como valor fundamental para sostener un trabajo ordenado, claro y comprometido, en un contexto donde la confianza se vuelve esencial. A lo largo de la entrevista, comparte su recorrido profesional, los desafíos que enfrenta en la atención al público y la gestión interna, y cómo el rol del bancario ha evolucionado en los últimos años:
Un poco explorando el encuadre profesional, ¿Qué significa para vos ser bancario y cómo ha evolucionado tu rol en los últimos años?
En lo personal, ser bancario fue siempre uno de mis deseos profesionales. Desde los primeros años de mi vida como estudiante universitario en la ciudad de Tandil, me lo planteaba como un posible destino laboral, por lo que hoy en día valoro muchísimo el lugar que ocupo.
En estos últimos años, el rol del empleado bancario ha evolucionado significativamente. Hoy no se trata solo de realizar operaciones o trámites, sino también de asesorar, orientar y ofrecer herramientas que se adapten a cada necesidad. Esta evolución, acompañada por el avance de las nuevas tecnologías, ha establecido nuevos canales de venta que multiplican la competencia. Actualmente, es común que las personas tengan varias aplicaciones en su celular para operar sus cuentas, lo cual representa un desafío interesante que nos impulsa a ser más eficientes.
En cuanto al camino transitado, Cómo describirías tu recorrido en el ámbito bancario y qué aprendizajes te dejó cada etapa?
Ingresé al Banco Nación en 2019, y desde entonces cada etapa ha representado un aprendizaje constante. Comencé en un contexto marcado por numerosos cambios y desafíos, lo que me permitió desarrollar habilidades clave como la adaptabilidad y la empatía en la atención al público. Con el tiempo, fui incorporando conocimientos técnicos, pero también valores fundamentales: la importancia del trabajo en equipo, el compromiso cotidiano y la responsabilidad que implica formar parte de una institución tan significativa para el país. Cada experiencia me reafirmó que el crecimiento profesional está estrechamente ligado al crecimiento humano.
Actualmente, ¿Cuál es tu principal responsabilidad dentro del Banco? En este sentido, ¿Qué desafíos enfrentás tanto en la atención al público como en la gestión interna??
Actualmente formo parte del área comercial, donde mi principal responsabilidad es asesorar a los clientes, ofrecer soluciones financieras adecuadas y acompañar la implementación de los distintos programas y productos del banco. El mayor desafío radica en equilibrar la atención personalizada con el uso de nuevas herramientas digitales, procurando mantener siempre la calidez y cercanía que caracterizan nuestro servicio. Internamente, trabajamos de manera colaborativa para optimizar estos procesos y brindar respuestas ágiles, entendiendo que detrás de cada trámite hay una persona que deposita su confianza en nosotros.
Conectando un poco la labor institucional con el impacto social y local, ¿Cómo se adapta el Banco a las nuevas tecnologías y demandas sociales?
El Banco Nación se encuentra en un proceso de constante modernización. Es cierto que, en entidades tan complejas, los cambios requieren tiempo. Se ha incorporado tecnología para facilitar la operatoria diaria de los clientes y mejorar la experiencia en todos los canales. Sin embargo, más allá de lo digital, existe un fuerte compromiso social: acompañar a las PyMEs, productores, emprendedores y familias, especialmente en el caso de Chaves y su zona de influencia. Este año, por ejemplo, hemos brindado charlas sobre educación financiera y prevención de estafas y fraudes. Adaptarnos implica también escuchar, comprender las realidades locales y seguir siendo un banco cercano y accesible.
Desde una perspectiva y mirada más personal, ¿Qué aprendiste de tu vínculo cotidiano con los clientes? En este sentido, ¿Cómo sentís que se puede ir construyendo la confianza con los clientes en tiempos de incertidumbre económica?
El trato diario con los clientes me enseñó que la confianza se construye con tiempo, transparencia y coherencia. Escuchar, ser claros en la información y cumplir lo que prometemos genera un vínculo de respeto mutuo. En contextos de incertidumbre y sensibilidad económica, más que nunca las personas valoran la contención y la honestidad. Por eso, trabajamos día a día para brindar un servicio responsable, empático y profesional. El compromiso no es solo individual, sino también colectivo: es parte del esfuerzo conjunto de todo el equipo que integra el Banco.
¿Algún mensaje que desees agregar?
Quiero agradecer la oportunidad de compartir lo que hacemos desde nuestra sucursal. Formar parte del Banco Nación es un verdadero orgullo, porque detrás de cada operación hay una historia, un proyecto y una persona que confía en nosotros. Seguiremos trabajando con el mismo compromiso, acompañando a la comunidad y al desarrollo local.
Aprovecho también para invitar a todas las personas a acercarse a la sucursal y conocer los productos y servicios que hoy el banco tiene para ofrecer. Estamos para acompañarlos, asesorarlos y brindarles soluciones pensadas para cada necesidad.
